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México, Distrito Federal, Mexico
Periodista deportivo desde 1992, especializado en futbol americano, también he escrito de beisbol y basquetbol. He laborado en medios de comunicación como la revista Magazine Deportivo; el periódico La Afición; palcodeportivo.com, así como en Radio Sportiva, Radio Fórmula y Radio Centro como comentarista deportivo.

miércoles, 26 de enero de 2011

Con apuros, Acereros y Empacadores, a jugar el Super Bowl


Luego de los dos Juegos de Campeonato de la NFL, una cosa es clara, tanto Acereros y Empacadores sufrieron en serio para llegar hasta el Super Bowl y todo a causa de sus defensivas, las cuales padecieron del mal de una excesiva confianza, por lo que estuvieron a punto de costarle a sus equipos el pase al juego máximo de la liga. Pero como dijo Jack El Destripador, vamos por partes.

En el primer juego de la jornada dominical, los Empacadores de Green Bay se llevaron una ventaja de 14-0 a los vestidores al terminar los dos primeros cuartos del Juego de Campeonato de la NFC, sobre todo luego de dar una demostración de poderío ofensivo y defensivo sobre unos Osos de Chicago, quienes pese a jugar en casa, parecían todo, menos concentrados en el partido.

Para colmo de males, Jay Cutler, mariscal de campo de los Osos tuvo una primera mitad infame y comenzó a ser abucheado por los aficionados de la Ciudad de los Vientos y las cosas parecían ser más oscuras para Chicago, pues casi al inicio del tercer cuarto, Cutler dejó el partido debido a una molestia en una rodilla, aunque eso es cuestionable, pues en una escena mostrada durante la transmisión de la cadena de televisión norteamericana, se aprecia al linebacker Brian Urlacher acercarse a Cutler y prácticamente exigirle que regresara al juego, a lo que el mariscal de campo sólo volteó la mirada.

Luego de que su primera ofensiva de la segunda mitad fracasara (tres jugadas y a despejar) los Osos parecían encaminarse a recibir una paliza, pues los Empacadores llegaron a tener una tercera y gol y Aaron Rodgers lanzó un pase que fue tomado por el apoyador Brian Urlacher, quien tenía prácticamente abierto el camino para un touchdown, pero Rodgers alcanzó a tropezarlo, por lo que los Osos, tomaron el ovoide con posibilidades de hacer algo. Pero el segundo mariscal del equipo, Todd Collins no pudo hacer nada con la ofensiva de Chicago y parecía, entonces, que de verdad todo estaba perdido.

Caleb Hanie, el tercer mariscal de los Osos tomó el mando de la ofensiva y seguramente se dio cabal cuenta de que para ese momento, la defensiva de Chicago tenía dominada a la ofensiva de los Empacadores, porque procedió a dar un juego que por poco y lo convierte en el héroe de la ciudad.

Hanie organizó un avance de 67 yardas en ocho jugadas, que culminaron con una carrera de anotación de Chester Taylor de una yarda para acercar a los Osos 14-7. Sin embargo, el tiempo pasado en la banca le jugó una mala pasada a Hanie, pues B.J. Raji, el rechoncho tackle nariz de los Empacadores le interceptó un pase y lo devolvió 18 yardas para colocar la pizarra 21-7.

Esto sin embargo no desanimó a Hanie, quien orquestó un avance de cuatro jugadas y 60 yardas, culminando con un pase de 35 yardas de anotación a Earl Bennett para acercarse en la pizarra 21-14.

Todavía Hanie tuvo la oportunidad de empatar el juego, pero la segunda intercepción del juego de Sam Shields selló la derrota de los Osos.

Caben destacar dos cosas, la valentía y coraje de Caleb Hanie, jugador de tercer año, quien no se amilanó por las circunstancias en las que entró al juego y demostró el viejo ducho militar de que “los que mejor pelean, son aquellos que no tienen nada que perder” dándole de pasada una muestra a Jay Cutler de lo que un líder debe de tener: Valor y unos… pantalones bien puestos.
Solía decir el mariscal de campo de los Empacadores de Green Bay de los años sesentas, Bart Starr, quien ganó cinco campeonatos de la NFL para su equipo y bajo el mando del coach Vince Lombardi: “Cualquiera puede ser un líder cuando nada está en juego, pero cuando las cosas no están saliendo bien y hay que ganar de manera imperativa, es cuando los verdaderos líderes salen a la superficie y dan todo por salir con la victoria”. Eso lo demostró Caleb Hanie el domingo, si fue sólo flor de un día o es un futuro estrella de la NFL, no lo sé, pero una cosa es segura, el coach Lovie Smith, en el análisis final de este partido, tomará en cuenta para la próxima campaña más a Hanie.

La segunda situación a destacar del juego, es la falta de disciplina mental de la defensiva de los Empacadores. El hecho de haber llegado al descanso de la primera mitad les relajó la manera de jugar a los defensivos de Green Bay y por eso les permitieron a los Osos el poder estar cerca de empatar el juego. Peor aún, cuando hicieron dos jugadas que parecían enterrar a los Osos, cometieron errores mentales imperdonables que pudieran perderse en la euforia de la victoria, pero que para cualquier coordinador defensivo con dos dedos de frente, deben de ser signos alarmantes; primero, cuando B.J. Raji devolvía el pase interceptado a la zona de anotación, comenzó a festejar antes de tiempo y un concentrado Caleb Hanie se dio cuenta de ello, lo persiguió y estuvo a punto de hacer que Raji perdiera el ovoide, sólo que cuando lo alcanzó, éste ya había cruzado el plano imaginario de la anotación.

Segundo, cuando Sam Shields le interceptó un pase a Hanie para finalmente acabar con las esperanzas de los Osos, Shields cometió el error mental de regresar el ovoide como si de eso dependiera una anotación para su equipo, cuando lo único que tenía que hacer era hincarse para terminar la jugada. Lo que hizo Shields fue poner en riesgo el balón ante unos Osos que afanosamente buscaban podérselo quitar. Hay una toma de la cadena de televisión norteamericana que muestra al coach de Green Bay, Mike McCarthy, primero festejando la intercepción y luego desesperado haciéndole señas a Shields que de hiciera Down para terminar la jugada y no arriesgara innecesariamente el balón. 

Esas dos jugadas ejemplifican la falta de disciplina mental de los Empacadores, así como su excesiva confianza si el equipo va ganando por un marcador amplio, pueden ser dos factores decisivos en el Super Bowl que jugarán en dos semanas ante los Acereros de Pittsburgh.

En cuanto al equipo de Pittsburgh, al parecer también adolecieron de lo mismo en el juego ante los Jets.

Luego de demostrar su poderío por tierra, los Acereros llegaron al descanso del medio tiempo con una ventaja de 24-3, la defensiva de Pittsburgh hizo, como decimos en México, concha y le permitió a Nueva York anotar 19 puntos, sin que los Acereros pudieran anotar ¡un solo punto! Lo peor de todo, es que la defensiva de los Jets al parecer encontró la manera de neutralizar las carreras y la peligrosa movilidad del mariscal de campo Ben Roethlisberger, algo que no pudieron hacer en la primera mitad.

Luego de que en la primera mitad, Mark Sánchez no pudo hacer nada contra la defensiva de los Acereros, ya en los dos últimos cuartos lanzó dos pases de anotación, uno a Santonio Holmes de 45 yardas en el tercer cuarto y uno más de cuatro yardas a Jerricho Cotchery.

Sin embargo, lo más destacado de todo, fue cuando al enfrentar cuarta y gol en la yarda uno de los Acereros, Rex Ryan, coach de los Jets (¿se dan cuenta de que es la primera vez que lo mencionamos en este espacio?) en lugar de jugar a lo seguro e ir por los tres puntos, vía un gol de campo, se la jugó.

Muchos criticaron la decisión, pero no analizaron la situación de manera fría. El jugársela en cuarta es más un factor psicológico que busca desestabilizar a la defensiva y al público contrario, en este caso, a la de los Acereros.

Los Jets, al jugar como visitantes, tienen a los aficionados en contra y el jugársela en cuarta es como decirles: “No les tenemos miedo, ni nos impone su estadio, venimos a ganar”.  Adicional, la confianza que le da a la ofensiva de ir con todo al ataque, tiene un valor mayor al hecho de anotar o no. Por si esto fuera poco, es una situación donde no hay pierde, pues si se falla en la conversión, la defensiva de los Jets saldría con la motivación de no quedarse atrás de la ofensiva y saldrían con todo a detener a los Acereros.

Si esto no fuera suficiente, el coach Ryan se dio cabal cuenta de que con el centro de los Acereros fuera del campo por lesión (Maurkice Pouncey), Ben Roethlisberger estaba teniendo problemas con su nuevo centro. Esto se explica de manera fácil. Si bien la entrega del balón por parte del centro al mariscal de campo se hace en promedio 80 a 100 veces durante las prácticas de cada semana, esto hace que el movimiento se vuelva casi automático, como una reacción normal del cuerpo y en movimiento fluido entre los dos jugadores involucrados.

Por eso, cuando se cambia de jugador, si bien la mecánica de ejecución parece la misma, hay ligeros cambios, casi imperceptibles, que lo hacen muy difícil y que conlleve a tener errores, cosa que estaba pasando con Roethlisberger y su centro.

Al darse cuenta de ello, Rex Ryan ordenó que se la jugaran en cuarta y gol, al fallar, soltó a su defensiva y los Jets obligaron al centro a cometer un error, entregarle mal el ovoide al mariscal de los Acereros, quien casi pierde el balón y con ello los Jets lograron un safety para dos puntos valiosos.

Para mala suerte de los Jets, las largas ofensivas de los Acereros de la primera mitad, aunados con que Nueva York no pudo sacar puntos de los errores de Ben Roethlisberger, fueron factores decisivos para caer ante los Acereros.

Al igual que con los Empacadores, la defensiva de Pittsburgh se confió más de la cuenta con la ventaja que llegaron a sacarle a los Jets y, al igual que le sucedió a los Empacadores, casi le permiten a Nueva York darle la vuelta al partido, al tener en la segunda mitad, el factor psicológico de su lado.

En resumen, los Acereros y Empacadores ya tienen su boleto al Super Bowl, pero con bastantes apuros y muchas cosas que corregir si es que quieren ser campeones de la NFL.
La semana entrante, en este espacio un análisis completo del Super Bowl XLV.

Grandes quarterbacks en Super Bowls: Terry Bradshaw

El mariscal de campo de los Acereros de Pittsburgh de los años setenta, Terry Bradshaw, si bien fue el primero en ganar cuatro anillos de Super Bowl antes que Joe Montana, viene en segundo lugar al, estadísticamente, tener intercepciones en dichos partidos, cosa que el jugador de los 49ers no tuvo.

Bradshaw nació el 2 de septiembre de 1948 en Shreveport, Louisiana y con una estatura de 1.91 cm. Y un peso de 99 kilos, fue jugador colegial con Louisiana Tech. En 1969, su último año como colegial, los buscadores de talento del futbol profesional, lo consideraban uno de los mejores prospectos para llegar a la NFL, donde fue seleccionado en el draft de 1970 por Pittsburgh, quienes, como dato curioso, pudieron tomarlo como la primera selección general del draft al haberle ganado un volado a los Osos de Chicago, ya que ambos equipos habían terminado la temporada de 1969 con la misma marca de ganados y perdidos, 1-13.

La llegada de Bradshaw coincidió con lo que era el inicio de la carrera de head coach en Pittsburgh de Chuck Noll, quien tomó las riendas del equipo en 1969. Pero la relación entre el coach y Bradshaw no siempre fue la mejor, sobre todo porque su actuación en el campo dejaba mucho que desear, al lanzar muchas intercepciones y tomar decisiones equivocadas en momentos críticos.  Además, la gente se burlaba de sus orígenes campiranos y lo que era percibido como una falta de inteligencia.


Esto pese a llevar en la temporada de 1972 a los Acereros a los playoffs, donde vencieron a los Raiders de Oakland 13-7, gracias a la llamada “Inmaculada Recepción”, un pase de Bradshaw que salió rebotado y que atrapó milagrosamente Franco Harris para vencer en el último segundo al equipo de Oakland.

Pero durante la temporada 1974, Chuck Noll tuvo suficiente de la inconsistencia de Bradshaw y en su lugar puso a jugar a Joe Gilliam, uno de los pocos jugadores afroamericanos de la época que era mariscal de campo. Bradshaw, desilusionado, le pidió al dueño de los Raiders, Al Davis, si podía hacer un cambio con los Acereros para irse a jugar con Oakland, pero Davis, para ese momento con preocupaciones mayores, le contestó que ya tenía muchos problemas en las manos, como para acrecentarlos todavía más con una petición como esa, pero que a cambio, hablaría con el coach Noll.

Hombre de palabra, Al Davis le comentó a Chuck Noll que era un error poner a jugar a Gilliam y que estaba seguro que si ponía nuevamente a Bradshaw, las cosas iban a cambiar.

Noll le hizo caso a Davis, puso nuevamente a jugar a Terry Bradshaw. Davis habría de arrepentirse de dicha decisión, pues Pittsburgh les ganó a los Raiders el Juego de Campeonato de la AFC de 1974 por pizarra de 24-13 y con ello llegar al primero de sus cuatro Super Bowls.

Justamente luego de vencer a los Raiders, Acereros llegaron al Super Bowl IX contra los Vikingos de Minnesota y con una gran actuación de la defensiva (la famosa Cortina de Acero), así como un gran juego por parte del corredor Franco Harris, a la postre el Jugador Más Valioso del partido,  Pittsburgh venció 16-6 a Minnesota. Bradshaw completó nueve de 14 pases para sólo 96 yardas y un pase de anotación.

 Terry Bradhsaw, fueron inolvidables sus duelos contra los Vaqueros de Dallas en Super Bowl.

Para demostrar que no había sido un chiripazo, al año siguiente, 1975, los Acereros volvieron al Super Bowl, ahora en su edición X. Nuevamente Pittsburgh venció en el Juego de Campeonato de la AFC a los Raiders, ahora por marcador de 16-10.

El Super Bowl lo jugó Pittsburgh contra los Vaqueros de Dallas y Terry Bradshaw lanzó 19 pases, completando nueve de ellos para 209 yardas, sin intercepciones y dos pases de anotación, uno de ellos de 64 yardas a Lynn Swann, representó la última jugada de Bradshaw en el partido, pues un fuerte golpe a la cabeza que le dio el defensivo de Dallas Larry Cole, le provocó una conmoción y tuvo que dejar el partido. Pero los Acereros terminaron venciendo a Dallas 21-17 y Swann fue nombrado el Jugador Más Valioso del partido.

La temporada de 1978 fue la mejor para Bradshaw como profesional, al ser nombrado el Jugador Más Valioso de la NFL por la Associated Press, al tener números de 207 completos en 368 intentos, para 2,915 yardas y 28 pases de anotación. Esta actuación de Bradshaw contribuyó a llevar a los Acereros a jugar en el Super Bowl XIII, contra los Acereros de Pittsburgh, por quienes el defensivo Thomas “Hollywood” Henderson se burló de Bradshaw y su inteligencia, al decir que el mariscal de Pittsburgh “no podría deletrear la palabra gato (cat, en inglés) si le quitaban las letras c y t”.

Pero como dijera el músico-poeta, Agustín Lara, la última carcajada de la cumbancha fue para Terry Bradshaw, quien completó 17 de 30 pases para 318 yardas (entonces un récord de Super Bowl) y cuatro pases de anotación (también en su momento, marca del Super Bowl) venciendo por 35-31 a los Vaqueros de Dallas y demostrarle, de paso, a “Hollywood” Henderson, que a lo mejo no sabría deletrear la palabra gato, pero sí que sabía cómo deletrear la palabra, VICTORIA.

Para la temporada de 1979, los Acereros volvieron a alzarse con el campeonato de la Conferencia Americana y el derecho a jugar el Super Bowl, esta vez en su edición XIV, contra los Carneros de Los Ángeles (sí, leyeron bien, para los nuevos aficionados de la NFL, durante cerca de 50 años este equipo jugó en la ciudad de Los Ángeles, antes de mudarse a San Luis).

Bradshaw volvió a obtener el título del Jugador Más Valioso del partido, al completar pases para 309 yardas, dos pases de anotación, pero tuvo tres intercepciones. Pese a esto, los Acereros vencieron 31-19 a los Carneros, para obtener el último de sus cuatro campeonatos logrados en un periodo de seis años.

 Contra los Carneros de Los Ángeles, Bradshaw y los Acereros lograron su cuarto título de la NFL.
Las lesiones minaron la carrera de Terry Bradshaw, con su último partido tendiendo lugar del 10 de diciembre de 1983 contra los Jets de Nueva York, a quienes les lanzó dos pases de anotación. Por cierto, que su último pase como profesional fue justamente uno de touchdown de 10 yardas a Calvin Sweeney. En 1989, Terry Bradshaw fue elegido al Salón de la Fama del futbol profesional.

Si bien los Acereros no tienen la costumbre de retirar números en homenaje a sus jugadores (el único número retirado es el 70 de Ernie Stautner), Pittsburgh no tiene ha tenido un jugador que quiera llevar ese número, al entenderse que nadie más lo puede portar, esto en un homenaje no escrito al que es considerado el mejor mariscal de campo de la historia de los Acereros, aun cuando Ben Roethlisberger, está siguiendo sus pasos muy de cerca, esto a decir de los nuevos aficionados a Pittsburgh. Habrá que verlo y sólo el tiempo lo dirá.


Datos del Super Bowl

El equipo ganador del Super Bowl recibe el Trofeo Vince Lombardi, llamado de esa manera en honor al head coach de los Empacadores de Green Bay y quien en los años sesenta llevó a este equipo a ganar cinco título de la NFL, incluidos las dos primeras ediciones del Super Bowl.

 Pete Rozelle (izquierda) y Vince Lombardi (derecha). Los trofeos más importantes del Super Bowl, llevan sus nombres en homenaje a sus aportaciones a la NFL.

Dicho trofeo está fabricado enteramente de plata Stirling por la compañía Tiffany & Co., cuyo valor es de $50,000 dólares. Mide 56 centímetros de alto y pesa 3.2 kilos.
A los artesanos de la compañía Tiffany les lleva cuatro meses elaborar dicho trofeo y es que cuando un equipo lo gana, se queda de manera definitiva con él, por lo que cada año hay que hacer uno nuevo.

El Trofeo Vince Lombardi, anhelo de todos los equipos de la NFL.


Como medida precautoria, siempre se tienen dos trofeos durante el Super Bowl, por si de manera desafortunada uno de ellos se llega a romper o destruir durante la celebración del equipo que gana.

El Jugador Más Valioso del Super Bowl, se lleva el Trofeo Pete Rozelle.


Por su parte, el trofeo al Jugador Más Valioso del Super Bowl, lleva el nombre de Trofeo Pete Rozelle, esto en honor a quien fuera Comisionado de la NFL de 1960 a 1989 y quien hizo del Super Bowl la clase de evento mundial que ahora es.

Jim Plunkett, el héroe olvidado del Super Bowl

El ganar un título de la NFL es uno de los más importantes méritos que todo mariscal de campo desea tener en su currículo, ahora imagínese el poder tener dos, es todavía mejor.

Para muchos expertos, los mariscales de campo se miden en cuanto a éxito por el número de Super Bowls que han ganado, esto para determinar si merecen estar en el Salón de la Fama. Pero muchas veces, como todo en la vida, se suelen cometer omisiones.

Tom Flores (izquierda) y Jim Plunkett (derecha), la mancuerna de mexico-americanos que llevaron a los Raiders a ganar dos Super Bowls.

Tal es el caso del mariscal de campo Jim Plunkett, quien llevó a los Raiders de Oakland a ganar dos títulos del Super Bowl en la década de los ochenta y quien, sin embargo, no ha sido considerado para estar en el Salón de la Fama.

La historia de Plunkett es interesante, ya que sus padres eran mexico-americanos. Su padre era vendedor de periódicos, quien padecía de una ceguera progresiva, mientras que su madre era completamente ciega. Para ayudar a sus padres, Jim trabajó desde muy joven en una gasolinera, en una tienda de abarrotes y como peón en sitios de construcción.

El futbol se convirtió en una forma de mejorar su vida y esto lo llevó a jugar con éxito en la preparatoria, de donde salió para ir a jugar y estudiar en la prestigiada Universidad de Stanford, gracias a una beca deportiva. La calidad y rudeza con la cual jugaba, lo posicionó como uno de los mejores mariscales de campo a nivel colegial y en 1969 tuvo la oportunidad de entrar en el draft de la NFL, lo cual representaba el poder ganar dinero para su familia (en ese momento, sólo vivía únicamente su madre), pero Plunkett rechazó la oportunidad de ganar dinero, prefiriendo terminar sus estudios universitarios, esto para darle un ejemplo a la comunidad chicana de que el estudio era importante para poder salir adelante en unos Estados Unidos todavía prejuiciosos contra los latinos.

1970 fue su último año como colegial, Plunkett llevó a los Cardenales de Stanford a jugar en el Tazón de las Rosas, algo que no ocurría en dicha universidad desde 1952. En dicho Tazón, Stanford venció a Ohio State 21-17. Para cerrar con broche de oro su participación colegial, ese mismo año, 1970, ganó el prestigiado Trofeo Heisman al mejor jugador colegial.

Con esas credenciales llegó al draft de 1970, donde fue seleccionado por los Patriotas de Nueva Inglaterra como la primera selección general (el primer jugador de origen hispano en lograr tal distinción) Su debut profesional ocurrió contra los Raiders de Oakland, a quienes venció por pizarra de 20-6. Su primer año como profesional pintaba de maravilla y todo parecía indicar que Plunkett y Nueva Inglaterra estaban destinados para cosas grandes.

Pero sus pases de anotación decayeron y lo que aumentó fueron sus intercepciones. Si a esto le sumamos constantes lesiones y una línea ofensiva muy pobre, sus actuaciones dejaban mucho que desear. En 1976, los Patriotas decidieron cambiar a Plunkett a los 49ers de San Francisco, donde no le fue mucho mejor. Antes del inicio de la temporada de 1978, San Francisco envió a Plunkett a los Raiders de Oakland.

Pero sus esperanzas de jugar no eran muchas en Oakland, quienes tenían a Ken “Víbora de Cascabel” Stabler como su mariscal de campo.
Plunkett entonces le pidió al dueño de los Raiders, Al Davis, que lo cambiara de equipo o que le diera la libertad para retirarse, dado que consideraba que no tenía oportunidad de jugar para los Raiders. Davis le dijo que no lo cambiaría y que estaba “seguro de que en algún punto del camino, iba a ayudarle a los Raiders a ganar juegos importantes”. Como para respaldar sus palabras, en 1979 y luego del retiro del coach John Madden, el mexico-americano Thomas (Tom) Flores, se convirtió en el primer entrenador en jefe de la NFL de origen hispano.

Jim Plunkett jugando el Super Bowl XV contra Filadelfia, fue el momento más brillante de su carrera.


Jim decidió quedarse y para la campaña de 1980, los Raiders cambiaron a Stabler a los Petroleros, quienes enviaron a Oakland al mariscal de campo Dan Pastorini. Parecía otra campaña perdida para Plunkett.
Sin embargo, en el quinto juego del año, Pastorini sufrió la fractura de una pierna ante los Jefes de Kansas City y Plunkett, a los 33 años de edad, se convirtió en el mariscal de campo titular de los Raiders, pero su actuación ante los Jefes no fue nada afortunada, al ser interceptado en cinco ocasiones y perder su equipo por marcador de 31-17-

Pero sus compañeros vieron en Plunkett al líder que podría llevarlos de nuevo a ser ganadores y así fue, llevando a los Raiders a ganar nueve partidos en 11 juegos y calificando a los playoffs como equipo comodín, con una marca de 11-5.
En postemporada, vencieron a los Petroleros de Houston 27-7 en casa, luego como visitantes sorprendieron al vencer 14-12 a los Cafés de Cleveland y en el Juego de Campeonato de la AFC, en un partido de muchas anotaciones, vencieron a los Cargadores de San Diego 34-27.

Con esto, los Raiders llegaron al Super Bowl XV como el equipo a ser vencido por unas poderosas Águilas de Filadelfia (en la temporada regular se enfrentaron estos dos equipos y Filadelfia salió con la victoria, 10-7) pero los jugadores de Oakland estaban convencidos de que podían derrotarlos.

Así fue, con una gran actuación de Plunkett, los Raiders vencieron 27-10 a Filadelfia. Jim fue nombrado el Jugador Más Valioso del partido, al lanzar tres pases de anotación (uno de 80 yardas, récord de Super Bowl), completar 13 de 21 pases para 261 yardas.

En la temporada de 1983, Plunkett nuevamente guió a los Raiders a ganar el campeonato de la División Oeste de la AFC con una marca de 12-4 y llegar a los playoffs, donde vencieron 38-10 a los Acereros de Pittsburgh, mientras que en el Juego de Campeonato de la AFC derrotaron a los Halcones Marinos de Seattle por 30-14, llegando al Super Bowl XVIII contra los  favoritos Pieles Rojas de Washington, quienes en temporada regular habían vencido a los Raiders en un partido no apto para cardiacos, por pizarra de 37-35.

Plunket, todo un ejemplo para la comunidad chicana.


Pero las cosas fueron muy diferentes en el Super Bowl y los Raiders, ahora de Los Ángeles, vencieron 38-9 a Washington, con Marcus Allen como el Jugador Más Valioso del partido y con Plunkett completando 16 de 25 pases para 172 yardas y un pase de touchdown.
Jim Plunkett se retiró como jugador luego de la temporada de 1986 y actualmente trabaja para los Raiders como comentarista de radio y televisión para el equipo.

De manera sorpresiva, sus logros como el primer hispano en ser la selección número general de un draft, en ser el primer hispano en ser el Jugador Más Valioso de un Super Bowl (además de ser el primer en ganar como colegial el Trofeo Heisman y luego como profesional ser el Más Valioso en un Super Bowl) son méritos más que suficientes para estar en el Salón de la Fama.

Si nos basamos en estadísticas de playoffs, simplemente revisen esta tabla (actualizada con los playoffs de este año)



QB                      MJP       Pct.        SB
Bart Starr            9-1        .900          2
B.
Roethlisberger    9-2       .818          2
Jim Plunkett        8-2       .800          2
Tom Brady          14-4      .778          3
T.  Bradshaw       14-5      .737         4

Abreviaturas: QB: Mariscal de campo; MJP: Marca en Juegos de Playoff; Pct.: Porcentaje de victorias; SB: Super Bowls.

Con estos números, concluya usted amigo lector si no es una injusticia que Jim Plunkett no esté en el Salón de la Fama.

Sugerencias, comentarios, quejas, a los correos de esta columna: cuartaydiez@gmail.com y cuartaydiez@yahoo.com

miércoles, 19 de enero de 2011

Rex Ryan, de las páginas del "Arte de la Guerra" al plan de juego

El famoso dicho mexicano de cae más pronto un hablar que un cojo, no se aplica en este caso al coach de los Jets de Nueva York, Rex Ryan, a quien le bautizamos en este espacio como el “bocazas” Ryan, al tener la costumbre de hablar de más antes de juegos importantes. Eso era hasta antes del juego contra los Patriotas del domingo pasado.

Luego de lo que todos vimos el domingo y que nos causo un tremendo impacto, cabe la reflexión de que lo visto nos habla de que Rex Ryan no sólo es un hablador experimentado y que le gusta ese papel, pero también quedo de manifiesto algo que no se le conocía de manera tan latente: Como un buen estratega, sabe esconder sus intenciones, distrayendo a todos con sus comentarios, mientras que de manera escondida, se dedica a estudiar de manera profesional junto a sus entrenadores asistentes al equipo rival en turno y una vez descubiertas sus debilidades, procede a sorprendernos a todos.

Luego de dos rondas de playoffs, es válido analizar lo que pasó en ambos duelos, primero ante los Potros y el domingo pasado ante los Patriotas.

En el juego ante Indianápolis, una de las claves para los Jets fue mantener a Peyton Manning con constante presión, cosa que lo llevó a tener que usar más el juego terrestre. En dicho partido, la defensiva de los Jets le permitió a uno de los mejores mariscales de campo (si no es que el mejor de la liga) apenas un total de 225 yardas por aire y un pase de anotación (18 completos de 26 intentos), con lo cual los Potros apenas pudieron anotar una cantidad de mísera de 16 puntos y apenas ¡16 primeros y dieces!

El estudio que hizo Ryan de los Potros, lo llevó a la conclusión de que al obligar a los Potros a correr y presionando a Manning de manera constante, así como mantener una estrecha marcación de los receptores de Indianápolis, la victoria estaba asegurada.

Si bien sólo pudieron derribar en una ocasión a Manning, la manera tan agresiva de jugar de la defensiva neoyorquina les permitió tener a la poderosa ofensiva de los Potros callada.
El cálculo que le falló a Ryan fue la ofensiva, la cual simplemente no carburó como debía, con un Mark Sánchez apenas completando 18 pases para 189 yardas y un pase interceptado. Lo que ayudó a los Jets a ganar, fue, como lo comentamos la semana pasada, la pésima manera de tomar decisiones del coach de los Potros Jim Caldwell.
Sin embargo, el análisis frío de ese duelo nos deja vez que Ryan realizó muy bien su tarea de estudiar al equipo de los Potros, lo que pasó a segundo plano por la crítica que todo mundo le hizo al coach de Indianápolis.

Para el juego contra los Patriotas y al comenzar a atacar verbalmente a sus rivales, Ryan, al igual que lo comentamos la semana pasada en este mismo espacio, le estaba quitando la presión del juego a sus muchachos, enfocándola en él. Si bien comentó toda la semana, de que había visto 20 veces el partido del lunes por la noche en que Nueva Inglaterra los humilló por 45-3, eso era una mentira: El partido que estoy seguro analizó por más de 20 veces junto con su staff de coaches, fue el triunfo que tuvo Nueva York ante los Patriotas en la semana dos de la temporada del 2010, donde los vencieron por pizarra de 28-14.

En dicho desafío, los Jets sólo le permitieron a Brady completar 20 de 36 pases para 248 yardas, dos pases de touchdown y dos interceptados (el 50% del total de pases interceptados que tuvo Brady en toda la temporada) Además, de que a la ofensiva de Nueva Inglaterra le permitieron generar apenas 291 yardas totales y capturaron a Brady detrás de la línea en una ocasión.

El domingo, Tom Brady apenas pudo acumular 299 yardas por aire, dos pases de anotación y un pase interceptado, lanzando 45 pases, pero completando apenas 29 de ellos. Si bien la ofensiva de Nueva Inglaterra acumuló 372 yardas, la mayoría de ellas se produjeron en el último periodo del partido, cuando ya estaba decidido el juego y los Jets les estaban permitiendo pases cortos al centro del terreno para obtener 10 puntos que no fueron suficientes para poder alcanzar a los Jets. Además, la presión que ejercieron contra Brady, les permitió capturarlo detrás de la línea tres veces. Tom Brady tenía el tiempo suficiente para lanzar sus pases, pero no encontraba receptores desmarcados y eso no lo aguanta ni el mejor mariscal de campo de la NFL.





Rex Ryan, su intensidad y su manejo de las estrategias, tienen a los Jets, otra vez en el Juego de Campeonato de la AFC.


Si hay un ejemplo del control que tuvo Nueva York del juego, hay que comentar esa serie ofensiva que tuvieron los Patriotas en el tercer periodo, donde se comieron más de siete minutos y no pudieron convertir una cuarta oportunidad, cuando Deion Branch no se pudo quedar con el pase de Brady y Nueva Inglaterra no pudo capitalizar con puntos un avance, que en otras condiciones, hubiese terminado con un touchdown. Ahí mentalmente pensé: “Patriotas, nos vemos el año entrante, gracias por participar”.

Ryan demostró en el futbol americano lo que para los estrategas militares y hombres de negocios estudiosos del “Arte de la Guerra” de Sun Tzu ya sabían: “Una estrategia superior es mejor que una fuerza y tecnologías superiores”
Durante el avance alemán de 1940 sobre Francia, la famosa BlitzKrieg (Guerra Relámpago) las fuerzas francesas poseían equipo y tecnología superiores, pero sus estrategias de cómo usarlas estaban pasadas de moda; por el contrario, los alemanes poseían una estrategia muy superior y por eso pudieron vencer a los incipientes aliados británicos y franceses, para apoderarse del país galo.

Lo mismo podemos decir de los Patriotas: Contando con un equipo superior, su estrategia no se adecuó al partido contra los Jets; Bill Belichick prefirió usar el mismo plan de juego que usara el lunes por la noche en que humilló a los Jets, en lugar de sorprenderlos con un plan completamente novedoso y que sacara ventaja de las debilidades de la defensiva de Nueva York.
No lo hizo y eso le dio la iniciativa a Rex Ryan, quien, siguiendo al pie de la letra a Sun Tzu, creó una distracción (se dedicó a hablar y provocar a los Patriotas en los medios de comunicación) y atacó de manera sorpresiva a su rival, con un plan de juego que mantuvo fuera de balance a Nueva Inglaterra,  derrotándolo tal y como lo hubiera previsto el mismísimo autor del “Arte de la Guerra”.  En ese aspecto, Ryan me recuerda mucho al general norteamericano George S. Patton, héroe de la Segunda Guerra Mundial y quien era conocido por ser un hombre que no se callaba lo que pensaba, aun cuando incomodara a mucha gente, incluidos sus mandos superiores, pero respaldaba sus palabras con hechos y sus estrategias de cómo usar tanques e infantería en conjunto, lo hicieron una amenaza y el temor de los alemanes en Europa.

El General George S. Patton, estaría orgulloso de cómo Rex Ryan ha sabido manejar a sus equipos rivales.


En los otros tres duelos del fin de semana, los Osos de Chicago dieron cuenta de los invitados incómodos, los Halcones Marinos de Seattle, aunque al final, la defensiva de Chicago pareció estar todo, menos metida en el juego (más sobre esto líneas abajo)
Por su parte, los Empacadores de Green Bay vencieron de manera contundente a los Halcones de Atlanta, para quienes la buena noticia es que la derrota les servirá de mucho para el año entrante y no los descuente usted para ser uno de los equipos a vencer la temporada del 2011 (si es que hay temporada)

Por su parte, los Acereros de Pittsburgh vaya que sufrieron para vencer, apenitas, a los Cuervos de Baltimore y no la tienen fácil las huestes del coach Mike Tomlin para el Juego de Campeonato de la AFC contra unos encendidos Jets.

En resumen, los dos mejores equipos de la temporada, Atlanta (13-3) y Nueva Inglaterra (14-2), quedaron fuera sin posibilidades de enfrentarse en el Super Bowl para ver cuál de los dos era el mejor. Aquí vemos que los números y los récords, una vez llegados los playoffs, son sólo eso, meros referentes.

Por cierto, que para aquellos aficionados de los Cuervos, Halcones Marinos, Halcones de Atlanta y en especial, Patriotas (en especial para Jazmín Blanco, amiga del D.F. y seguidora de Nueva Inglaterra), les dejó este enlace de YouTube para la canción de Kenny Chesney, “The Boys of Fall”, tema del 2010 y cuyo tema y video es relacionado con el futbol, con las apariciones de grandes de la NFL, así como escenas de juegos de preparatoria, colegial y profesional. Este es el link: http://www.youtube.com/watch?v=DcnWa65-9fE

A Televisa, el valor, les vale II

La semana pasada hablamos en este espacio sobre la hipocresía de Grupo Televisa, al colocar los spots (anuncios) sobre valores (civiles, morales, de familia, etc.) mientras que por otro lado fomenta programas como el de Laura Bozzo. Pues bien, no contentos con ello, ahora les piden a los padres de familia que si sus hijos tienen “talento”, los lleven a los castings nacionales para que formen parte del establo de “artistas” de dicha compañía. ¡Ya ni la burla perdona! Créame, amigo lector, que habrá padres y madres que sueñen con ver a sus hijos como ídolos de la caja idiota y los lleven a dichos castings.

Al respecto, la amiga Rosario Méndez, del D.F.,  me mandó el siguiente correo: “la tele simplemente da lo que la gente involuntaria o voluntariamente quiere ver: Basura por falta de cultura y ganas de ser mejores. Si no hubiera gente que se pegara a la caja idiota para ver eso, obvio, no habría programas así!!! Eso pienso!!!”

Completamente de acuerdo.

Los mejores quarterbacks en Super Bowl

Con esta entrega, iniciamos en este espacio un pequeño homenaje a los que están considerados los mejores mariscales de campo en la historia de los Super Bowls, esto por el número de anillos de campeones que llevaron a sus equipos a ganar.

Iniciamos con Joe Montana, quien, desde mi punto de vista, no sólo es uno de los mejores mariscales de campo en Super Bowl, sino en la historia de la NFL.

Montana nació el 11 de junio de 1956 en New Eagle, Pennsylvania y pese a no tener un físico impresionante (1.88 y 93 kilos) para un mariscal de campo, Montana destacó como colegial en la Universidad de Notre Dame, los Irlandeses peleadores, con quienes tuvo su momento de gloria el 1 de enero de 1979 en el Tazón del Algodón.

En dicho juego, celebrado en la ciudad de Dallas, Texas, durante el primer cuarto, Notre Dame se fue arriba en la pizarra por 12-0 ante los Cougars de la Universidad de Houston, pero la temperatura corporal de Montana, quien tenía gripe, descendió a los 35 grados centígrados, casi a punto de sufrir de hipotermia, por lo cual fue forzado a ir a los vestidores, donde los médicos del equipo le dieron a comer sopa de pollo, además de cubrirlo con cobijas para que recupera el calor.
Esto lo aprovechó el equipo de Houston, quienes anotaron 20 puntos sin contestación, más otros 14 puntos en el tercer cuarto, colocando el marcador al inicio del último periodo 34-12.

Faltando 7:37 por jugarse, Montana regresó al partido para llevar a Notre Dame a anotar 28 puntos para acercarse en el marcador 34-28. Con dos segundos en el reloj, Montana completó la hazaña al lanzar un pase de touchdown a Kris Haines para vencer a Houston 35-34 y con ello nació la leyenda de Joe Montana como un experto en regresos de último segundo, además de que ese día en Dallas, Montana adquirió la sangre fría que todo mariscal de campo necesita para ganar en la NFL.

Justo en el draft de 1979, Montana fue tomada en le tercera ronda por los 49ers de San Francisco, como la selección número 82 total del draft.

Ya para ese momento, el coach de San Francisco era Bill Walsh, todo un innovador y quien fuera alumno del coach Paul Brown y pese a ser suplente de Steve DeBerg, Montana confiaba en que el coach Walsh lo pondría como titular tarde o temprano.

Esto ocurrió a la mitad de la temporada de 1980, cuando Montana tomó el mando del equipo. El 7 de diciembre de 1980, recibiendo en casa a los Santos de Nueva Orleans, es considerado el juego donde nació la dinastía de los 49ers de San Francisco.

Al medio tiempo, los Santos tenían una ventaja de 35-7, pero Montana, recordando lo hecho ese frío día de enero de 1979, llevó a San Francisco a empatar el juego a 35 puntos y en tiempo extra, Ray Wersching conectó un gol de campo para que los 49ers vencieran 38-35 a los Santos.
Para Montana, este tipo de regresos serían cosa habitual, pues tuvo un total de 31 partidos donde su equipo perdía y terminó llevándolos al triunfo. 26 de ellos con San Francisco, es más uno de ellos fue en un Super Bowl.

Y hablando del juego máximo de la NFL, Joe Montana jugó en cuatro Super Bowls, ganando los cuatro y siendo nombrado el Jugador Más Valioso de tres.
Su primer juego fue la edición XVI, contra los Bengalíes de Cincinnati, a quienes vencieron por pizarra de 26-21, con Montana lanzando 22 pases para 14 completos, 157 yardas, un pase de anotación y un touchdown más por tierra, para ser el Jugador Más Valioso del partido.

En la edición XIX del Super Bowl, vencieron a los Delfines de Miami, con quienes estaba el muchacho maravilla, Dan Marino y todo mundo suponía que sería un partido de muchos puntos, pero no fue así, pues la defensiva de     San Francisco contuvo a Marino y Joe Montana completó 24 de 35 pases para 331 yardas (una marca para Super Bowls en ese momento) y tres pases de anotación, para con ello derrotar 38-16 a Miami y obtener, de pasada, su segundo trofeo como Jugador Más Valioso del partido.

Para la edición XXIII del Super Bowl, los 49ers enfrentaron la que fue su mayor prueba de todas, al jugar contra los Bengalíes de Cincinnati, quienes tenían una ventaja de 16-13 faltando 3 minutos 20 segundos por jugar.

Para colmo, San Francisco debía de iniciar su última ofensiva en su propia yarda 8, es decir, 92 yardas los separaban del título de la NFL. El apodado “Joe Cool” (El Frío Joe) para bajar la tensión de sus compañeros, en el huddle (reunión para antes de sacar una jugada, les dijo, “Hey, ¿no es ese Joe Candy?”, señalando hacía una de las cabeceras del estadio, lo cual cumplió su cometido, al distraer a los jugadores de los 49ers por un momento y prepararlos para un avance histórico en Super Bowls.

Joe Montana en el Super Bowl XXIII contra los Bengalíes. Orquestó un avance de 92 yardas que pasó a ls historia.


De manera quirúrgica, Montana estableció un avance de 92 yardas en 11 jugadas y con apenas 39 segundos en el reloj, lanzó un pase de anotación de 10 yardas a John Taylor para vencer a los Bengalíes por marcador de 20-16.
Joe lanzó 36 pases, completando 23, para 357 yardas y dos pases de anotación. El receptor abierto Jerry Rice fue el Jugador Más Valioso del partido, aunque muchos, entre ellos Su Seguro Servidor, pensaban que debía de ser un honor compartido con Joe Montana.
Al año siguiente, San Francisco repitió en el Super Bowl XXIV, donde apalearon 55-10 a los Broncos de Denver, para obtener su cuarto título de campeones de la NFL en un periodo de ocho años. En ese partido, Montana completó 22 de 29 pases para 297 yardas y cinco pases de anotación, volviendo a ser nombrado el Jugador Más Valioso del partido por tercera ocasión, todo un récord que será muy, pero muy difícil de igualar.

En total, en cuatro Super Bowls, Montana completó 83 pases de 122 intentados, 1,142 yardas y 11 pases de anotación, contra cero pases interceptados.

Joe Montana, simplemente uno de los mejores mariscales de campo que hayan pisado un emparrillado, fue elegido al Salón de la Fama del futbol profesional en el año 2000.





"Joe Cool" con su busto en el Salón de la Fama de Canton, Ohio.


Juegos de Campeonato de la NFL

La semana pasada su Seguro Servidor acertó a dos de cuatro partidos, pero como estos dos son los últimos partidos antes de llegar al Super Bowl XLV, ya no voy a hacer predicciones, porqué los cuatro equipos tienen méritos para poder llegar a disputar el título de la NFL. Lo que haré, como de costumbre, es un análisis de los partidos y usted, mi querido amigo y lector, toma la decisión de quién le gusta para ganar.

Conferencia Nacional
Domingo 23 de enero

Green Bay (10-6) en Chicago (11-5), 14:00 p.m.

Dos de los equipos fundadores de la NFL (Empacadores y Osos  nacieron en 1919) se enfrentan por el título de la Conferencia Nacional, así como por el derecho a jugar el Super Bowl.

Será la tercera vez esta temporada en que ambos equipos se vean las caras; en la campaña regular dividieron honores, con el primer juego para los Osos por pizarra de 20-17 y los Empacadores ganando por 10-3 a Chicago en casa y con ello calificarse a los playoffs como equipo comodín.

La clave para que los Osos ganen el partido está en que el mariscal de campo Jay Cutler siga protegiendo el balón, sin desesperarse y lanzando pases precisos a sus receptores, quienes deben de seguir haciendo jugadas importantes para Chicago, jugar sin cometer errores (no atrapando pases que son prácticamente de rutina; no cometer balones sueltos, etc.)
A la defensiva, los Osos deben de mantener a Aaron Rodgers dentro de la bolsa de protección, pues el mariscal de campo de los Empacadores ha demostrado ser mortal para las defensivas contrarias cuando se ve con la facilidad de correr a los lados y lanzar sus pases de esa manera. La defensiva secundaria de los Osos es excelente en las coberturas, lo cual debe de limitar de igual manera a Rodgers para evitar que pueda correr y conseguir yardas por tierra. En los dos partidos de este año, han mantenido a los Empacadores con apenas 123 yardas combinadas por tierra, por lo que será fundamental que eviten que establezcan el juego por tierra, ya que Green Bay, en dos partidos de playoffs (contra Filadelfia y Atlanta) han amasado un total de 234 yardas por la vía terrestre.

Para los Empacadores, la clave será que Aaron Rodgers tenga desmarcados a sus receptores, para completar pases rápidos y evitar quedar encerrado en la bolsa de protección y con ello ser capturado detrás de la línea de golpeo. De igual manera, será importante que mantenga la calma si es que de primera instancia sus receptores están cubiertos y no lanzar pases que puedan ser interceptados por la defensiva de Chicago.
Defensivamente hablando, los Empacadores tienen que mantener una presión constante contra Jay Cutler, esto para desesperarlo y que comience a cometer errores, como balones sueltos o lanzar intercepciones. En este rubro los Empacadores han demostrado ser expertos. En los últimos tres partidos, (el último de la campaña contra los Osos y dos de postemporada) la defensa de Green Bay ha interceptado cinco pases y provocado dos pérdidas de balón, ganando los tres partidos.

Conferencia Americana
Domingo 23 de enero

Nueva York Jets (11-5) en Pittsburgh (12-4), 17:30 p.m.

Para los Acereros, pudiera parecer que este partido de mucha presión, es uno más a los que están acostumbrados jugar desde que llegaron a dos Super Bowls desde el año del 2005. Para ellos, no sólo está en juego el pase a derecho a representar a la AFC en el Super Bowl, sino que también quieren la revancha por la derrota de 22-17 que sufrieron en el Heinz Field a manos de los Jets el pasado 19 de diciembre.
Otro duelo importante será el que tengan el coordinador defensivo de Pittsburgh, Dick LeBeau contra la ofensiva de Rex Ryan.

Para los Jets la clave para salir victoriosos debe de ser la habilidad que tenga su defensiva para confundir al mariscal de campo Ben Roethlisberger con la mezcla de formaciones y cargas, de la misma manera como engañó a Tom Brady la semana pasada. Si bien físicamente Roethlisberger es una presencia más imponente en la bolsa de protección, para Nueva York el hacerlo dudar puede ser una ventaja muy importante.
A la ofensiva, será determinante que el mariscal de campo Mark Sánchez jugué de la misma forma que la semana pasada: Concentrado, sin cometer errores y no queriendo hacer más de lo que puede. El que se mantenga calmado en la bolsa de protección, le facilitará las cosas a sus receptores Santonio Holmes y Braylon Edwards para que puedan encontrar huecos en la defensiva secundaria de Pittsburgh.

Para los Acereros, la llave del triunfo radicará en que Ben Roethlisberger pueda aguantar la presión a la que lo someta la defensiva de los Jets, para que haciendo uso de su gran movilidad, pueda desbalancear a los Jets, ganar tiempo para sus receptores y conseguir lanzar pases que causen el mayor daño posible.
Defensivamente hablando, la clave será frenar desde un inicio el ataque terrestre de los Jets, para colocar a Mark Sánchez en situaciones de segunda o terceras oportunidades y largo, con lo cual provocarán que Sánchez cometa los errores costosos para su equipo, situaciones que deberán de aprovechar Troy Polamalu y Ryan Clark. De igual forma es importante que el linebacker James Harrison ponga mucha presión sobre Sánchez (en el juego contra Baltimore, Harrison tuvo tres capturas de mariscal de campo) para justamente obligarlo a estar fuera de balance, obligándolo a pensar mucho más de lo necesario.

Dato Curioso de los Juegos de Campeonato

Los cuatro entrenadores en jefe que se enfrentan este domingo, Mike McCarthy de Green Bay, Lovie Smith de Chicago, Rex Ryan de Nueva York y Mike Tomlin de Pittsburgh, tienen la misma marca en playoffs.

McCarthy y Smith tienen récord de 3-2 en playoffs, mientras que Ryan y Tomlin tienen 4-1.
Lo más destacado de todo, es que Ryan, en apenas dos años con los Jets, estará jugando su partido de playoffs número seis y su segundo Juego de Campeonato de la AFC de manera consecutiva.

Comentarios, quejas, sugerencias, a los correos de cuartaydiez@gmail.com y cuartaydiez@yahoo.com

miércoles, 12 de enero de 2011

Sorpresas y malas decisiones, eso dejó la primera semana de playoffs

Luego de las tremendas sorpresas que se dieron en la primera ronda de los playoffs, no sería raro que la NFL nos diera otra sorpresa para la postemporada del año entrante, al hacer cambios en las reglas, los cuales, como en este año, sólo apliquen en playoffs.

Luego de que el Juego de Campeonato de la NFC del 2009 fuera decidido por un gol de campo de los Santos de Nueva Orleans, lo que dejó fuera a los Vikingos de Brett “EGO” Favre, la liga decidió que para estos playoffs, los partidos que se vayan a tiempo extra, el formato ya no será de que el primer equipo que anote de cualquier forma gane. Ahora si en tiempo extra un equipo anota un gol de campo, en vez de ganar automáticamente el duelo, deberá de sacar a su defensiva para detenga al rival, quienes tendrán una oportunidad o de empatar el juego o de ganarlo con un touchdown.

¿Por qué el cambio? No es para mejorar la calidad de los playoffs, es para favorecer a ciertos equipos, a los cuales la NFL cuida más que a otros. Esta regla se puede llamar la “Regla Vikingos” y está orientada a que los equipos favoritos de la oficina del Comisionado lleguen muy lejos en los playoffs.

Usted se preguntará porqué al inicio de este columna comentamos que la NFL implementará una nueva regla en playoffs para el año entrante, muy sencillo, por lo que le pasó a los campeones Santos de Nueva Orleans, quienes fueron sorprendidos por los Halcones Marinos en sábado pasado.

En espacios anteriores de Cuarta y Diez, expusimos que el formato de los playoffs debía de cambiar en el supuesto caso de que un equipo ganara su división con un récord perdedor y esto lo manejamos por lo menos tres o cuatro semanas antes del final de la temporada y qué creen, pasó justamente eso, los Halcones Marinos de Seattle, con una marca de siete victorias y nueve derrotas, se llevaron la corona de la División Oeste de la NFC y no sólo fue recompensada su mediocridad con ese título, sino que tuvieron el “derecho” de jugar su primer partido de playoffs ¡en casa! Donde recibieron a los Santos, con un mejor récord pero quienes calificaron a los playoffs como equipo comodín.

Luego de lo que sucedió, estamos seguros que la NFL ahora impondrá que si un equipo es campeón divisional con una marca  perdedora o de .500 de porcentaje (es decir una marca de 8-8) no tendrá derecho a jugar sus partidos en casa, sino que visitará al comodín si este tiene una mejor marca que ellos. Graben mis palabras y acuérdense de mí en la postemporada del 2011 cuando ese sea el nuevo formato de playoffs.

Claro que estos cambios, orientados a “ayudar” a los equipos favoritos no lo son todo, pues a fin de cuentas, lo que se haga dentro del terreno es lo más importante y en ese aspecto, hay que ser justos con los Halcones Marinos, los Santos se dieron ellos mismo un tiro en el pie para quedar fuera de los playoffs.

Con la posibilidad de empatar el juego a 34 puntos, el coach de los Santos, en lugar de jugarse en cuarta oportunidad para empatar el duelo y obtener el momento psicológico, decidió enviar a su equipo de goles de campo para ir por tres puntos seguros. Mentalmente en ese momento pensé, “juego terminado para los Santos” y así fue, pues de manera inmediata Seattle respondió con una carrera de 67 yardas para anotación de Marshawn Lynch para sellar el juego. Para colmo, antes de esa jugada, Sean Payton pidió un tiempo fuera, que a la larga sólo le ayudó a Seattle, pues a continuación Lynch los hizo pedazos con una carrera que hizo historia.

"Ahora, si juego a lo seguro voy por los tres puntos y no quedo mal si me la juego en cuarta y no anotamos. Sí, eso haré"







Es increíble como es la psicología de los entrenadores en jefe de la NFL. En una situación de playoffs, perdiendo por un touchdown y en patio ajeno, una cuarta oportunidad y cuatro por avanzar dentro de la yarda 10 del enemigo y faltando nueve minutos y 13 segundos por jugarse en el último periodo, no es momento para ser miedoso, hay que jugársela con todo. Es una situación que no tenía pierde, pues en caso de no anotar, le dejaban el ovoide al contrario muy adentro de su territorio y la defensiva de los Santos tenía más oportunidad de forzar un error o frenar al ataque de Seattle y en el despeje, obtener una muy buena posición de terreno.

Pero los coaches suelen proteger más su imagen y sus empleos que arriesgarse a ganar. Para Sean Payton, entrenador de los Santos, era cuidar su imagen. Si se la jugaba en cuarta y su defensiva no podía detener a Seattle, el culpable para la prensa y los aficionados de Nueva Orleans, hubiera sido sólo él. Si por el contrario, en cuarta lograban anotar los Santos, empatar y eventualmente salir con el triunfo, los héroes hubieran sido los jugadores. Por ello decidió por lo más fácil, quedar bien con todos e ir sólo por lo seguro, tres puntos en un gol de campo.
Igual podemos decir del coach de los Potros, Jim Caldwell, con el juego 14-13 a favor de los Jets, los Potros lograron avanzar hasta la yarda 33 de Nueva York, donde el ataque de los Potros se estancó y Caldwell se vio en la disyuntiva de jugarse en cuarta o patear un gol de campo.

En esas circunstancias, la mejor opción era el gol de campo, pues el tiempo que le dejarían a los Jets sería de menos de un minuto, por lo que sonaba adecuado conectar el gol de campo y tomar una ventaja de 16-13. Así lo hicieron los Potros.

Sin embargo, en la patada de salida subsecuente, Antonio Cromartie devolvió la patada 47 yardas para darle a Mark Sánchez la oportunidad de convertirse en héroe luego de no hacer nada durante el juego. Con 29 segundos por jugarse, vino lo inexplicable.

Con los Jets enfrentando una segunda oportunidad y ocho yardas por avanzar, Caldwell, ante la sorpresa y horror de Peyton Manning, solicitó un tiempo fuera (en ese momento, los Jets sólo podían detener el reloj una vez más al quedarles un tiempo fuera)
Con esa decisión, Caldwell le regaló a los Jets un tiempo fuera extra para que pensara su siguiente jugada y Mark Sánchez aprovechó el error mental del coach de Indianápolis y conectó un pase a la zona lateral con Braylon Edwards, quien con una atrapada sensacional, colocó la escena para el gol de campo de 32 yardas de Nick Folk que dejó fuera al campeón de la AFC el año pasado.

 "Si me lo permiten, ahora pediré un tiempo fuera para que formulen mejor sus preguntas de porqué pedí un tiempo fuera que favoreció a los Jets"

A diferencia de Sean Payton, este error mental es una clara muestra de la falta de inteligencia por parte de Jim Caldwell, al no razonar de manera rápida que el tiempo fuera solicitado por su parte, funcionaría en su contra y uno se pregunta, en qué estaba pensando Caldwell al tomar esa decisión. Seguro en el juego, no.

Dos coaches cuyas decisiones dejaron fuera a sus respectivos equipos y que, ténganlo por seguro, será materia de revisión por parte de los coaches de los equipos que quedan en playoffs.

Más de los playoffs, líneas abajo.


A Televisa y TV Azteca, el valor, si les vale

Me parece una actitud francamente hipócrita de Televisa sus comerciales (spots en el argot televisivo) respecto a lo que ellos llaman “valores”, pues en ellos según se busca ejercer una sensibilidad en la gente para actuar de manera correcta y con valores (familiares, cívicos, etc.) para terminar proyectando en pantalla en próximas fechas a la “señora” Laura Bozzo, una extranjera, quien sólo se ha dedicado en toda su carrera a explotar la miseria humana en sus programas, donde según se dedica a “ayudar” a la gente que acude a sus emisiones.
De igual manera podemos decir de TV Azteca, cuyo slogan es “Señal Con Valor” y quienes fueron los primeros en traer a la “señora” Bozzo a México para ganar dinero explotando la miseria humana y el morbo de la gente. Al salir de la televisora del Ajusco, decidieron traer de vuelta de Estados Unidos a Rocío Sánchez Azuara, a encabezar un programa completamente igual a Laura Bozzo.

Los medios de comunicación han caído tan bajo que ahora dichas emisiones están diseñadas para satisfacer la lujuria de la gente por ver la miseria, la humillación y la podredumbre mental de otros seres humanos, cuando la labor fundamental de los medios es educar a sus televidentes, a la vez que entretenerlos. Pero cuando el dinero y los ratings son los dioses de los directivos y productores televisivos, los valores, les valen.

El fin de estos programas sólo se dará cuando ocurra una tragedia en el estudio de televisión, en ese momento, las autoridades de la Gobernación, como siempre, querrán tapar el pozo cuando el niño ya se haya ahogado.

No se trata de que la RTC (Radio, Televisión y Cinematografía) de la Secretaría de Gobernación sancione o ejerza una censura para con dichos “programas”; la libertad de expresión es un derecho de TODOS, sin embargo, hay que tener consciencia de qué es lo que salen por las pantallas de televisión y si usted quiere, realizar una autocensura para saber qué está bien transmitir y qué no.

Para colmo de la hipocresía, Televisa año con año organiza su Teletón y TV Azteca su Juguetón, como una manera de “lavar” sus culpas por las porquerías de programas que presentan a aquellos que no tienen los medios económicos de poderse pagar una televisión por cable y ver canales que en verdad les dejen algo positivo.





Una peruana, la otra mexicana, pero a final de cuentas, sólo producen televisión chatarra.


Para rematar la clase de “personal” que tienen en TV Azteca, la pseudoperiodista, Inés Sainz, luego del problema que tuvo en los vestidores de los Jets en las primeras semanas de la temporada, ¡ahora se atreve a hablar de lo que no sabe! Esto al anunciar que los Jets llegarán al Super Bowl. Por favor, que alguien le diga que mejor hable de moda o de cómo mantenerse en forma y le deje el asunto de los análisis a las periodistas mujeres de verdad, las que saben escribir y hablar, además de estar bien preparadas para este trabajo.
Y de la radio ya ni hablemos, pues sólo les cito el ejemplo de Mariano Osorio en Stereo Joya, quien se autoproclama defensor de la familia mexicana y sus valores, así como un promotor de la lectura. Para ello, recientemente se ha dado a la “tarea salvadora” de leer en sus espacios radiofónicos, novelas de terror, asesinatos, vampiros, etc. ¡Vaya manera de darle valores humanos a sus radioescuchas!

Desconozco sinceramente si el sujeto de marras de Mariano Osorio haya oído hablar de escritores como Juan Rulfo, Martín Luis Guzmán, por mencionar sólo dos nombres de los cientos de grandes escritores mexicanos, que tanta distinción le han dado a nuestras letras a nivel internacional. Ah, perdón, ellos no son bestsellers como los que le gustan al tipejo este.

Así de mal está nuestra televisión y nuestro radio a nivel comercial. ¡Pobres mexicanos, tan lejos de la cultura y tan cerca de Televisa y TV Azteca!


Ronda de Juegos Divisionales NFL

Luego de que el inicio de los playoffs la semana pasada estuviera lleno de sorpresas, llegamos a la segunda ronda de postemporada, ahora con los Juegos Divisionales, de donde saldrán los equipos que jugarán los Juegos de Campeonato de ambas conferencias la semana entrante.
Como siempre, en negritas, los equipos que Cuarta y Diez piensa que van a ganar (la semana pasada, este espacio sólo pudo acertar a uno de cuatro duelos, espero sacarme la espina este fin de semana)

Conferencia Americana

Sábado 15 de enero

Baltimore (12-4) en Pittsburgh (12-4), 15:30 p.m.

Cuando dos rivales de la misma división se enfrentan en los playoffs, el odio que se tienen mutuamente es garantía de un juego rudo y de mucho golpeo, que es justamente lo que veremos en este duelo.
En dos enfrentamientos de temporada regular, dividieron honores ambos equipos, con los Cuervos ganando el primero el 3 de octubre por pizarra de 17-14 en casa de Pittsburgh, pero los Acerero se desquitaron en el patio de Baltimore el 5 de diciembre, venciéndolos por marcador de 13-10. Como podemos ver, lo cerrado de estos marcadores (sólo tres puntos la diferencia) nos puede servir de indicativo de que el juego del sábado puede ser definido por las defensivas.

La de los Cuervos es una de las mejores de la liga en cuanto a obligar al rival a cometer errores, pues en los últimos tres partidos, han forzado a los rivales a cometer 14 pérdidas de balón, cinco de ellas la semana pasada ante los Jefes en el Juego de Comodines.
Sin embargo, los Acereros le tienen tomada la medida a los Cuervos en juegos de postemporada, siendo la vez más reciente que se enfrentaron en estas lides, en el Juego de Campeonato de la AFC de la temporada del 2008, cuando Pittsburgh los venció 23-14 en el Heinz Field y de ahí se fueron a ganar de manera dramática el Super Bowl ante los Cardenales de Arizona.

Además, jugando en casa, los Acereros tienen marca de 12-5 contra Baltimore, aunque los Cuervos, desde el 2008, tienen marca en playoffs de cuatro victorias y sólo dos derrotas.

La ventaja la tienen los Acereros, quien también tienen una defensiva que le gusta presionar a los mariscales de campo rivales y tengan por seguro que estarán sobre Joe Flacco toda la tarde, buscando que cometa el error que les dé la ventaja,

Partido duro y de defensivas, no esperen muchos puntos, siendo lo más seguro que la diferencia sea sólo de tres puntos.

Domingo 16 de enero

Nueva York Jets (11-5) en Nueva Inglaterra (14-2), 15:30 p.m.

Para empezar, el “bocazas” Rex Ryan, head coach de los Jets, ya dijo que este duelo es personal “entre Bill Belichick y yo”, anteponiendo que él es más importante que sus jugadores en este duelo. Claro que Ryan lo hace buscando que la presión del partido de aleje de sus jugadores y se centré únicamente en él. Este es un movimiento inteligente de su parte, pero inútil en cuanto a consistencia, toda vez que enfrentará a un equipo más disciplinado que los Potros de la semana pasada, además de que el coach Belichick no es un hombre que suela cometer la clase de errores mentales que se le vieron a Jim Caldwell de Indianápolis.

Al igual que en caso del duelo entre Cuervos y Acereros, aquí tenemos a dos rivales de la misma división que se odian con singular alegría y eso hará de este juego uno de muchos golpes.
En el primer juego en que se vieron las caras en la temporada del 2010, en casa de los Jets, estos vencieron por pizarra de 28-14 a los Patriotas en la semana dos.
Sin embargo, en la semana 13 de la campaña, en Lunes por la Noche, en Foxboro, los Patriotas se vengaron al apalear a los Jets por 45-3.

La clave del partido para los Jets, será el poder establecer un ataque terrestre con LaDainian Tomlinson desde un inicio, con esto evitando darle el ovoide a Tom Brady y compañía, mientras que a la defensiva, la clave será repetir la misma dosis del primer juego de la campaña, donde Ryan mantuvo confundido a Brady con una gran variedad de cargas.

Para los Patriotas, la clave será jugar de la manera en que cerraron la campaña, con fuerza por la vía terrestre, con Brady lanzado pases de manera precisa y con una defensiva que mantenga fuera de balance a Mark Sánchez en cuanto a sus lecturas sobre la variedad de formaciones defensivas de Nueva Inglaterra, tal y como sucedió en el Lunes por la Noche en que apalearon a los Jets.

Conferencia Nacional

Sábado 15 de enero

Green Bay (10-6) en Atlanta (13-3), 19:00 p.m.

Los Halcones de Atlanta deben de demostrar por qué calificaron a los playoffs como el equipo número uno de la NFC y que mejor manera de hacerlo que ante unos encendidos Empacadores.

Atlanta tiene una marca en casa este año de siete victorias por una derrota y ya enfrentaron esta temporada a los Empacadores, a quienes vencieron 20-17 gracias a un gol de campo de último segundo. Sin embargo, las cosas no serán fácil esta vez, con un Aaron Rodgers dispuesto a que la gente olvide aun más las épocas de Brett “EGO” Favre en ese equipo, además, la defensiva de Green Bay es la número dos de la NFL en pases interceptados, con 24, mientras la defensiva de Atlanta es la cuarta de esa clasificación con 22 pases robados al enemigo.
Otro dato interesante, es que esta temporada, los Empacadores no han ganado dos juegos consecutivos como visitantes.

Para los Halcones les ayudó mucho que otros equipos eliminaran a dos equipos que los vencieron esta temporada (Nueva Orleans y Filadelfia) por lo que, estadísticamente, son los favoritos para llegar a Dallas al Super Bowl, para ello deberán de sacar una delantera en el marcador de manera rápida, mientras que será también determinante el que sus corredores, Michael Turner y Jason Snelling establezcan el ataque terrestre que fatigue a la defensiva de Green Bay y con ello sentar las bases de un juego aéreo, donde Matt Ryan se ha visto como un mariscal de campo confiable y que no es muy dado a cometer errores. A la defensiva, será importante que mantengan a Aaron Rodgers dentro de la bolsa de protección con una constante presión, esto para obligarlo a cometer el error que les dé puntos.

Para Green Bay, el juego por tierra debe ser una prioridad, de la misma manera en que lo fue ante las Águilas, donde James Starks y Brandon Jackson fueron las bujías que mantuvieron fuera de balance a la defensiva de Filadelfia, además de que con esto, el control del reloj les ayudará a mantener a la peligrosa ofensiva de Atlanta fuera del terreno de juego.

Domingo 16 de enero

Seattle (7-9) en Chicago (11-5), 12:00 p.m.
¿Será posible que la suerte que acompañó a los Halcones Marinos ante los campeones Santos, haya llegado a su fin?
Es posible, toda vez que abandonan la comodidad de su estadio y visitan a la gélida Chicago, esto pese a que en la semana seis de la temporada, Seattle venció a los Osos por pizarra de 23-20, pero para el equipo cenicienta de la NFL, el reloj parece haber llegado a la medianoche.

Los Osos, tienen dos claves para ganar el juego. Uno es que su mariscal de campo, Jay Cutler, se mantenga paciente a la hora de lanzar el balón, esto pese a la presión que la defensiva de Seattle le imponga. Eso es fundamental para el plan de juego de Chicago.
La segunda clave es que a la defensiva, los Osos eviten que el juego terrestre de Seattle funcione de la manera como lo hizo ante los Santos. Otro punto importante es que los Osos no fallen tantas tackleadas como lo hicieron los Santos y en el pecado llevaron la penitencia.

Para Seattle, es determinante que el mariscal de campo Matt Hasselbeck tenga otro juego como el que tuvo el sábado pasado ante los Santos, lanzando de manera efectiva y sin desesperarse, además de explotar los pases largos, cosa que no hicieron ante Nueva Orleans y que podría tomar por sorpresa a la defensiva de Chicago; otro punto importante será que su juego terrestre pueda generar muchas yardas, para mantener a la defensiva de los Osos fuera de balance.
A la defensiva, Seattle debe evitar que los Osos puedan establecer una ofensiva terrestre generadora de yardas y puntos, esto para obligarlos a ir más por aire.

Este es un juego de pronóstico reservado (al igual que todos los de esta jornada de playoffs) pero las bajas temperaturas de Chicago habrán de congelar a los Halcones Marinos.


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Luego del problema por la desaparición (acertada) de  Luz y Fuerza, los cobros y problemas que se han tenido con la energía eléctrica por parte de la CFE, la asambleísta del DF, Aleida Alavez Ruiz, invita a todos aquellos que tengan alguna queja o reclamo por este servicio a acudir a recibir orientación y ayuda a sus oficinas ubicadas en Plaza de la Constitución No. 7, sexto piso en la colonia Centro, o hacerlo al teléfono 51301928.

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